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Las inundaciones repentinas en los ríos mediterráneos son cada vez más frecuentes

El cambio climático provoca sequías más largas y lluvias intensas en poco tiempo, especialmente en el Mediterráneo y en cuencas pequeñas. En Osona, el río Mèder, el Torrente de la Esperanza y el Torrente de Sant Jaume aumentan mucho el caudal cuando llueve, causando inundaciones repentinas

La semana pasada tuvo lugar la primera sesión sobre la gestión del riesgo de inundaciones en Vic y Gurb en el marco del proyecto LocAll4Flood, liderado por el CT BETA de la UVic -UCC . En esta sesión se destacó la importancia de adaptar y mejorar la capacidad de respuesta hacia la población frente a estos eventos, cada vez más frecuentes. También se remarcó la necesidad de reforzar la prevención mediante sistemas de alerta temprana eficaces y poner en marcha medidas para mitigar los efectos ante inundaciones. Por ejemplo, la modificación de las infraestructuras, la incorporación de soluciones basadas en la naturaleza y una mejora en la planificación del territorio.

En la jornada participaron representantes de la Agencia Catalana del Agua (ACA), el Ayuntamiento de Vic, el Ayuntamiento de Gurb, la Guardia Urbana, los Bomberos, Protección Civil de la Generalidad de Cataluña y del Consejo Comarcal de Osona, el Centro de Estudios de los Ríos Mediterráneos (CERM), la Asociación de Vecinos del Barri del Remei y la Asociación de Voluntarios de Protección Civil de Vic, entre otras persones expertas. Durante la sesión, se llevó a cabo un ejercicio práctico sobre la gestión de inundaciones en la comarca de Osona, que se centró en el río Mèder, el Torrent de Sant Jaume (que atraviesa Malla y Vic) y el Torrent de l’Esperança (que limita Vic y Gurb). Sistemas fluviales con dinámicas hidrológicas muy diferentes, pero que, frente a lluvias repentinas e intensas, pueden dar lugar a inundaciones tanto fluviales como pluviales. En un mapa se identificaron los puntos más vulnerables frente a riesgo de inundaciones repentinas en Vic y Gurb, con el fin de mejorar su gestión y perfeccionar los sistemas de alerta temprana.

¿Qué está pasando en la cuenca Mediterránea?

Los efectos del cambio climático en el Mediterráneo son más intensos por varios factores: es una de las regiones que se calientan más rápidamente, con un aumento de temperatura superior a la media global, favoreciendo sequías más frecuentes. Este calentamiento más rápido se debe a la ubicación geográfica, además de otros factores como la deforestación y el aumento de la urbanización. El aumento de temperatura provoca un mayor proceso de evaporación y mayor humedad en la atmósfera generando precipitaciones más intensas, así como irregulares. Un claro ejemplo de inundación repentina es la que tuvo lugar en Valencia en octubre del pasado año, lo que pone de manifiesto la importancia de tomar medidas de prevención, adaptación y mitigación ante estos fenómenos.

Las inundaciones repentinas se producen cuando lluvias intensas hacen que el agua se desborde en un corto período de tiempo, sumergiendo zonas que habitualmente son secas. Los torrentes con poco o ningún caudal se ven sobrecargados en cuestión de horas, inundando rápidamente las áreas cercanas.

¿Qué se puede hacer?

Para mejorar la prevención, es fundamental optimizar los sistemas de alerta para que los mensajes lleguen a tiempo, así como mejorar los sistemas de respuesta de las diferentes entidades que participan en la gestión del riesgo de inundación. Ya se está trabajando en el desarrollo de sistemas de alerta temprana para los municipios de Vic y Gurb. Este sistema se basa en una plataforma de monitorización que utiliza sensores y datos en tiempo real sobre las condiciones climáticas y ambientales, procedentes de la Agencia Catalana del Agua y el Servicio Meteorológico de Cataluña, entre otros.

Para mejorar la adaptación, se pueden establecer medidas como realizar campañas de concienciación para informar a la población sobre los riesgos de inundación en zonas vulnerables. También se pueden realizar encuestas para conocer la percepción pública sobre si viven en zonas inundables y los riesgos asociados, como parte de un estudio previo para diseñar los materiales didácticos necesarios. Además, es necesario proporcionar conocimientos sobre qué hacer en caso de emergencia, empezando por las escuelas y otros espacios comunitarios.

Antes las inundaciones se gestionaban con infraestructuras «grises», como presas y desvíos de ríos, que pueden ser efectivas pero también costosas y propensas al fracaso. Además, estas instalaciones pueden afectar a los hábitats naturales y al flujo de sedimentos, impactando la agricultura y la protección del litoral. «Las Soluciones Basadas en la Naturaleza (NBS) son una buena alternativa para mitigar de manera natural los riesgos de inundación. » Algunos ejemplos son la creación de balsas de laminación, la restauración de las riberas fluviales o aumentar la permeabilidad urbana mediante la creación y ampliación de zonas verdes urbanas «, comenta Meritxell Abril.

Ante una realidad climática evidente, con episodios de lluvias intensas cada vez más frecuentes se pone de manifiesto la necesidad de adaptar el entorno y la infraestructura urbana, renaturalizándola y planificando el espacio para evitar su construcción en zonas inundables. Una tarea compleja que requiere cambios estructurales y la implicación de expertos, entidades y sociedad.