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FOLOU situará a Cataluña como referente europeo en la reducción del derroche alimentario

Desde el proyecto se desarrollará nuevas metodologías y herramientas para reducir las pérdidas y el desperdicio alimentario en el sector primario

Cataluña trabaja, desde hace años, en la prevención de las pérdidas y el desperdicio alimentario, a través del Departamento de Acción Climática, Alimentación y Agenda Rural (DAAC) y de la Agencia de Residuos de Cataluña (ARC). De hecho, Cataluña es la primera región en Europa con una regulación específica: la Ley 3/2020. Esta normativa es pionera en definir e incorporar las pérdidas alimentarias que se producen en la producción primaria en las políticas de prevención y sostenibilidad de la cadena alimentaria y en implicar a sus operadores. En esta línea, uno de los objetivos del proyecto europeo FOLOU, coordinado por el Centro Tecnológico BETA de la Universidad de Vic – Universidad Central de Cataluña (UVic-UCC), es recoger la experiencia acumulada hasta ahora y sumar el nuevo conocimiento que se generará con las pruebas piloto y los casos de estudio del nuevo proyecto. De esta forma, Cataluña se posicionará como referente europeo en desarrollo de estrategias para reducir las pérdidas y el desperdicio alimentario en el sector primario.

La reunión de lanzamiento del proyecto FOLOU, que cuenta con la participación destacada del DAAC y el ARC, se ha celebrado esta tarde en las instalaciones del CT BETA. Al acto de presentación del proyecto ha asistido Joan Gòdia, director general de Empresas Alimentarias, Calidad y Gastronomía de la Generalitat de Catalunya; Josep Eladi Baños, rector de la UVic-UCC; Sergio Ponsá, director del CT BETA, e Isaac Peraire, director de la Agencia de Residuos de Catalunya, entre otros.

Baños ha dado la bienvenida a todas las personas asistentes y ha comentado que «una tarea esencial de las universidades es acompañar a la sociedad en la resolución de sus necesidades más urgentes». En un contexto de crisis diversas como la superpoblación, el calentamiento global, una climatología cada vez más extrema y la crisis energética, “estaremos de acuerdo en que la lucha contra el desperdicio alimentario, eje central del proyecto FOLOU, debe ser una prioridad”, ha dicho. El rector también ha destacado que el CT BETA representa el tipo de investigación que quiere realizar la UVic-UCC, «con visión y vocación internacional, innovadora, aplicada y consciente, y que aporta soluciones a problemas reales».

Ponsá ha hecho una presentación del CT BETA a todo el público asistente, en la que ha destacado los principales ámbitos en los que trabaja y ha apuntado la importancia «que la investigación pueda acabar teniendo un impacto en la sociedad». Centrándose en el proyecto FOLOU, Ponsá ha puesto de relieve las consecuencias que tiene el desperdicio alimentario desde el punto de vista económico, social y medioambiental. En este sentido, ha añadido: «Debemos desarrollar nuevas metodologías y herramientas que nos sirvan para cuantificar el desperdicio alimentario y, a la vez, estudiar la manera de implementarlas».

Gòdia, por su parte, ha destacado la labor que desde el Departamento de Acción Climática, Alimentación y Agenda Rural se está haciendo desde hace años en el campo de las pérdidas y el desperdicio alimentario. Como ejemplos ha puesto la Ley 3/2020, con la que «Catalunya es pionera en la prevención del derroche alimentario en el sector primario» y el Plan estratégico de alimentación de Cataluña, que ha contribuido «a hacer de Cataluña un país sostenible» .

Transferencia de conocimiento entre regiones

Desde el proyecto FOLOU, que desarrollará nuevas metodologías y herramientas para reducir las pérdidas y el desperdicio alimentario en el sector primario, se trabajará activamente para transferir la experiencia de Cataluña hacia otras regiones que necesiten diseñar nuevas metodologías para medir su propio desperdicio alimentario que se adapten a sus realidades. A largo plazo, la transferencia de conocimiento entre regiones y hacia las instituciones europeas «debe permitir armonizar el método de cálculo del desperdicio alimentario entre diferentes países y disponer de mejores registros de datos nacionales y europeas», ha explicado Joan Colón, investigador principal del CT BETA en el proyecto FOLOU.

En este sentido, la Comisión Europea ya ha establecido un método común y los requisitos mínimos para reducir la cantidad de residuos alimenticios a nivel nacional. Sin embargo, todavía se trata de un enfoque muy general, que no incluye todas las particularidades que influyen en el fenómeno del derroche alimentario. Desde el proyecto FOLOU, pues, se espera ayudar a dar respuesta a la necesidad urgente de crear nuevos métodos para calcular la magnitud de las pérdidas ocasionadas por el desperdicio alimentario y aplicar medidas eficientes a corto plazo que ayuden a reducirlo. «El desperdicio alimentario supone un impacto negativo para la sociedad en muchos niveles, provoca inseguridad alimentaria y genera impactos ambientales de todo tipo», ha subrayado Joan Colón. Estos impactos pueden incluir emisiones de gases de efecto invernadero innecesarias, derroche de recursos hídricos y degradación de algunos ecosistemas y de su biodiversidad.

Reconocimiento de imagen o inteligencia artificial

El proyecto FOLOU tendrá una vertiente tecnológica. «Esperamos validar el uso de seis tecnologías aplicadas de forma innovadora al control del desperdicio alimentario, tales como sistemas de reconocimiento de imagen o inteligencia artificial», ha detallado Colón. Como resultado destacado, FOLOU creará una nueva herramienta de evaluación de la sostenibilidad que permita cuantificar de forma eficiente, estandarizada y fiable los impactos ambientales, económicos y sociales derivados del desperdicio alimentario, para poder identificar sobre qué etapas de la cadena de valor conviene actuar.

El principal foco del proyecto se pondrá sobre la etapa de producción primaria, la más difícil de monitorear, dado que con los recursos técnicos actuales se requiere mucho tiempo o tiene un coste económico muy elevado. Esta etapa incluye principalmente las actividades agrícolas, la acuicultura, la pesca y otras actividades del sector primario, en donde muchas de las pérdidas de alimentos se producen antes de que el producto sea comercializado, así como en el proceso de manipulación y almacenamiento. La World Wildlife Fundation estima que, sólo en el sector primario, la cifra mundial de derroche alimentario puede alcanzar los 1.200 millones de toneladas anuales.

El proyecto FOLOU, financiado por el programa Horizon Europe de la Comisión Europea, trabajará para garantizar la adopción de los resultados del proyecto por parte de todas las principales partes interesadas: productores primarios, comerclíticos e investigadores. Su presupuesto global será de casio al por menor, consumidores, responsables poi 7 millones de euros y trabajará un consorcio internacional formado por 16 socios. Aparte de la participación del Departamento de Acción Climática, Alimentación y Agenda Rural, y de la Agencia de Residuos de Cataluña, también tomará parte la Fundación Espigoladors.