El CT BETA colabora con Elisava en un proyecto para la fabricación de filamentos textiles biodegradables
La colaboración del CT BETA (UVic-UCC) con Elisava, Facultad de Diseño e Ingeniería de Barcelona (UVic-UCC) tiene por objetivo mejorar la sostenibilidad y el rendimiento de los filamentos BIOCEL obtenidos por fermentación de materia orgánica
A partir de enero, el Centro Tecnológico BETA de la Universidad de Vic – Universidad Central de Cataluña participará en el proyecto BIOCEL 2.0 con Elisava (UVic-UCC). BIOCEL 2.0 está liderado por la investigadora de Elisava Research Laura Freixas y se realiza en el marco de su tesis doctoral, actualmente desarrollada en el Programa de Ciencias Experimentales y Tecnología, dirigido por Javier Peña, director general de Elisava y Laura Mejias, investigadora senior de la unidad de Tecnologías Ambientales y Bioeconomía Circular del CT BETA. Esta propuesta es una evolución del proyecto final de grado (0-knit, 2018) que ha evolucionado a una investigación industrial con BIOCEL, también liderado por Freixas y que se realizó en colaboración con el Clúster de Materiales Avanzados, MODACC, Fundación Privada para la Innovación Textil (FITEX), DAN*NA y LCI dentro del programa Agrupaciones Empresariales Innovadoras del Ministerio de Comercio, Industria y Turismo.
El CT BETA se ocupará de mejorar la primera etapa del proceso; perfeccionar los sistemas de fermentación de los microorganismos que producen la celulosa bacteriana, que después servirán para la producción de filamento y aplicaciones textiles. Por otra parte, Elisava optimizará las propiedades del filamento para cumplir con los criterios de tejibilidad y durabilidad. Éste es el primer proyecto que el CT BETA tiene con la facultad de diseño e ingeniería, y se espera que esta colaboración pueda demostrar que sostenibilidad y diseño pueden ir de la mano.
Elisava lleva tiempo trabajando en la creación de materiales orgánicos para hacer filamentos y obtener tejidos, y ya ha patentado este proceso de obtención de filamentos de celulosa bacteriana. Mediante un sistema de producción controlado se logra un filamento biodegradable y se crea un servicio de producción bajo demanda. Ahora, con la colaboración del CT BETA, se quieren establecer puntos de mejora para hacer más sostenible la producción y la transformación.
La industria textil genera graves impactos ambientales: es responsable del 20% de la contaminación de agua potable mundial, del 10% de las emisiones globales de carbono, de la incineración del 87% de la ropa y de la liberación de microplásticos en el medio ambiente. Por tanto, es esencial un cambio de paradigma urgente en este sector. La estrategia de Economía Circular de la Comisión Europea, integrada en el Pacto Verde, ya aplica medidas para reducir el impacto ambiental del sector textil y promover su sostenibilidad. Por ejemplo, impulsa el ecodiseño, para realizar productos más duraderos y reciclables, regula el greenwashing para evitar afirmaciones ecológicas engañosas, fomenta modelos de economía circular y prohíbe el trabajo forzoso en la producción textil, entre otras medidas, con el objetivo de hacer el sector más ético y sostenible.
La colaboración entre el CT BETA y Elisava representa un importante paso hacia un modelo textil más sostenible e innovador basado en la biofabricación como paradigma de producción. Este proyecto demuestra que es posible avanzar hacia una producción textil respetuosa con el medio ambiente sin renunciar a su calidad y funcionalidad. En un contexto de crisis ambiental global, iniciativas como ésta son fundamentales para impulsar un cambio de paradigma en una industria con gran impacto ambiental.