Noticias

Un reactor natural que combina comunidades microbianas mejora notablemente la calidad del agua tratada en pequeñas depuradoras

La investigación se enmarca en la nueva Directiva europea sobre tratamiento de aguas residuales urbanas

Investigadores del Centro Tecnológico BETA de la Universidad de Vic – Universidad Central de Cataluña (UVic-UCC), la Universidad de Girona (UdG) y el Instituto Catalán de Investigación del Agua (ICRA-CERCA) han desarrollado un reactor basado en biofilms y plancton (BPR, por sus siglas en inglés) que mejora de manera notable la manera de agua de mejora de manera notable.

El estudio, publicado recientemente en la revista Journal of Environmental Management, demuestra que este sistema inspirado en la naturaleza puede reducir de forma significativa nutrientes como el nitrógeno y bacterias fecales como Escherichia coli, dos de los principales contaminantes que afectan a los ríos receptores de aguas residuales urbanas.

La investigación se enmarca en la nueva Directiva europea sobre tratamiento de aguas residuales urbanas, en vigor desde noviembre de 2024. Esta normativa supone un cambio de gran importancia, ya que para 2025 no sólo refuerza los estándares de calidad para las grandes depuradoras, sino que también extiende la obligación de aplicar tratamientos más eficientes a los pequeños. Estas localidades, que hasta ahora estaban exentas de gran parte de los requisitos, tendrán que adaptarse a nuevas exigencias en materia de reducción de nutrientes y contaminantes. El reto es considerable, sobre todo a nivel económico y técnico, pero también representa una oportunidad para apostar por soluciones más sostenibles y accesibles, como las basadas en la naturaleza, que permiten mejorar la depuración sin disparar los costes energéticos ni de infraestructura.

Una alternativa sostenible y adaptable

«El reactor combina comunidades microbianas que actúan de forma similar a lo que ocurre en los ecosistemas acuáticos naturales, depurando el agua sin necesidad de recurrir a tecnologías muy costosas o con gran consumo energético», explica Lorenzo Proia, investigador del Centro Tecnológico BETA y coautor del trabajo. «Es una alternativa sostenible y adaptable, pensada especialmente para las depuradoras más pequeñas, que suelen tener más dificultades para cumplir la normativa o invertir mucho dinero en tratamientos avanzados», añade Proia.

«Nuestros resultados demuestran que las comunidades microbianas pueden reducir de forma significativa nutrientes y bacterias fecales en las aguas residuales. Este avance ofrece una base científica sólida para confiar en soluciones basadas en la naturaleza y aplicarlas en el marco de la nueva normativa europea», afirma Lluís Bertrans-Tubau, investigador del Centro Tecnológico BETA y primer autor.

Además, el equipo ha analizado la capacidad del sistema para eliminar contaminantes emergentes, tales como fármacos o compuestos de uso cotidiano. Aunque los resultados fueron variables, se abren nuevas oportunidades de optimización para futuras versiones del reactor.

Según José L. Balcázar, investigador del ICRA-CERCA y coautor del estudio, «lo más relevante de este enfoque es que no sólo mejora la calidad del agua, sino que también nos ayuda a comprender cómo las comunidades microbianas participan en la depuración. Esto abre la puerta a tecnologías más resilientes ante el cambio climático y la contaminación emerge».

El proyecto se llevó a cabo en una planta piloto ubicada en Quart (Girona) y dispuso de un equipo multidisciplinar de químicos, microbiólogos, ecólogos y especialistas en gestión del agua.

En un contexto de presión creciente sobre los recursos hídricos, este trabajo refuerza la necesidad de apostar por soluciones basadas en la naturaleza para garantizar la sostenibilidad y seguridad hídrica de nuestras comunidades, especialmente en territorios mediterráneos, donde la escasez de agua y la vulnerabilidad de los ecosistemas hacen aún más urgente la innovación en depuración.